En nuestro artículo, estudiaremos las características comunes entre los paradigmas de la flexión verbal en latín y en las lenguas románicas según un enfoque morfológico. La morfología es una sub-disciplina de la lingüística que se ocupa de la formación de las palabras. De hecho, podemos observar muchas características comunes entre el latín y las lenguas románicas en sus paradigmas de flexión verbal.
Compararemos los sufijos verbales en estas lenguas e intentaremos entender la evolución que tuvo lugar entre el latín y estas lenguas. Hemos elegido cuatro tiempos que nos parecen pertinentes para establecer un estudio comparativo: el presente de indicativo; el pretérito imperfecto; el presente de subjuntivo; y el imperativo. Asimismo, decidimos centrarnos en la flexión verbal del español ya que es nuestra lengua de trabajo, así que explicaremos para cada tiempo verbal cómo es en español y, en lo que respecta a las otras lenguas, nos centraremos en un tiempo verbal especifico que nos parece interesante.
Hay cuatro conjugaciones en latín clásico: -are (como el verbo amare); -ēre (monēre); -ĕre (legĕre) y -īre (audīre). Sin embargo, con la pérdida progresiva de la cantidad de las vocales que se iniciaba con el latín vulgar, las cuatro conjugaciones se redujeron a tres: -are, -ere, -ire. Estas tres conjugaciones se corresponden con las conjugaciones del español que conocemos actualmente: -ar (como el verbo “hablar”); -er (“comer”); e -ir (“vivir”). Nos centraremos en los verbos regulares.
Latín | Español |
–are | –ar |
–ēre | –er |
–ĕre | |
–ire | –ir |
El presente del indicativo (+ francés)
El presente de indicativo de la conjugación latina es el tiempo más fácil de utilizar por su formación ya que no emplea sufijo temporal, a diferencia de otros tiempos del latín. Su formación consiste en el ensamblaje de la raíz del verbo con las desinencias llamadas “primarias”: -o, -s, -t, -mus, -tis, -nt, para los cinco tipos de conjugaciones (am-o, mone-o, leg-o, audi-o y capi-o).
En español, hay también seis sufijos de persona consecutivamente al radical de los verbos en -AR como amar, -ER como comer e -IR como vivir en el presente de indicativo: -o (yo), -s (tú), - ø (él/ella/usted), -mos (nosotros/as), -áis/éis (vosotros/as), -nt (ellos/ellas/ustedes). De hecho, se observa una similitud que tiene el español con su lengua madre: los sufijos son morfemas personales postpuestos al radical del verbo y son similares a los del latín.
¿Qué pasa con el presente de indicativo de un verbo en francés? Sigue el mismo proceso, dependiendo de su grupo (-ER/-IR/-IR, -OIR, -RE), la raíz se asocia a su terminación: -e/-(i)s; -es/-(i)s; -e/-(i)t; -ons/-(iss)ons; -ez/-(iss)ez; -ent/-(iss)ent.
Latín | Español | Francés |
–o | –o | –e/–(i)s |
–s | –s | –es/–(i)s |
–t | –ø | –e/–(i)t |
–mus | –mos | –ons/–(iss)ons |
–tis | –áis/éis | –ez/–(iss)ez |
–nt | –nt | –ent/–(iss)ent |
El pretérito imperfecto (+ rumano)
En latín clásico, el pretérito imperfecto se reconoce fácilmente por la presencia de la característica temporal -ba- (ama-ba-mus) para los verbos del primer grupo en -ARE, y de la característica -eba- (audi-eba-mus) para los verbos de los otros grupos. A estas características temporales añadimos las desinencias primarias.
En cambio, en español, para los verbos en -AR, la designación del indicativo imperfecto es -aba- (habl-aba-mos), mientras que para los verbos en -IR y -ER se encuentra -ía- (aprend-ía-mos, viv-ía-mos). Se observa que los verbos españoles en -AR conservan la denominación -aba- cuya primera vocal se acentuará fonológicamente. Sin embargo, los verbos en -ER- e -IR- pierden esta -b- característica de la designación del imperfecto latino. Con el latín vulgar, como un gran número de verbos en -ERE poseen una -v- al final de su radical, se observa una pérdida de la consonante -b- para estos verbos (bib-eba-m). La presencia de la secuencia -ea- se extenderá a los otros verbos y dará lugar a una diseminación progresiva que se convertirá en -ía-.
En castellano antiguo (siglo XV), se prefiere la forma -ía- que se convierte en la designación del pretérito imperfecto de indicativo de los verbos en -ER e -IR. El rumano no difiere del modelo del imperfecto español.
El imperfecto rumano consiste en una vocal temática entre el radical y el sufijo personal: -a- para los verbos del primer grupo (que forman su infinitivo en -Î), y -ea- para los otros grupos.
Latín | Español | Rumano |
–aba– | –aba– | –a– |
–eba– | –ía– | –ea– |
El presente de subjuntivo (+ portugués)
El presente de subjuntivo en latín es muy similar al presente de indicativo y se distingue principalmente por la vocal temática -e- (en el caso de los verbos en -ARE) y -a- (en el caso de los verbos en -ERE e -IRE) entre la raíz y las terminaciones primarias.
La primera persona del singular en español abandona la vocal -o, característica del presente, para adoptar esta nueva vocal temática que se mantuvo del latín al español. Se puede ver fácilmente en los siguientes ejemplos: para los verbos del primer grupo, el latín cant-are se convierte en cant-e-m en el subjuntivo y en cant-e; cant-e-s… en español.
En los otros grupos, tenemos: el latín deb-ere (deber) se convierte en debe-a-m en latín y deb-a; deb-a-s… en español.
El presente del subjuntivo en portugués se forma como en latín o en español: con un cambio vocálico. Así que, para los verbos del primer grupo en -AR tenemos la forma infinitiva en falar, el presente de indicativo en fal-o, fal-as… y el presente del subjuntivo en fal-e, fal-e…
Para los verbos de los otros grupos en -ER / -IR, tenemos el infinitivo en comer, el presente de indicativo en com-o, com-es… y el presente de subjuntivo en com-a, com-as…
Latín | Español | Portugués |
–e– | –e– | –e– |
–a– | –a– | –a–< |
El imperativo (+ italiano)
El latín forma su imperativo en la segunda persona singular con la raíz de los verbos. De este modo, el verbo amare forma su primer imperativo como ama. El imperativo en la segunda persona del plural se forma con el radical más el sufijo -te; el verbo “amare” da amate. El imperativo en español no presenta ninguna innovación morfológica en la segunda persona singular. Así, el imperativo del verbo “cantar” forma canta en la segunda persona del singular. La segunda persona plural es canta-d, a causa de una vocalización del -te latín en -d, debido a la proximidad de la ultima vocal. El imperativo negativo se forma con el subjuntivo o el infinitivo. En italiano, el imperativo de la segunda persona del singular también se forma con la raíz del verbo. El imperativo de los verbos en -ARE (como cantare) es idéntico a la tercera persona del singular del presente indicativo (canta), mientras que el imperativo de los verbos de la 2ª y 3ª conjugaciones (en -ERE/-IRE) es idéntico a la segunda persona singular del presente indicativo (leggi/vieni). La segunda persona plural del imperativo se forma como la segunda persona singular más la característica -te como en latín (cantate). La forma negativa se expresa con el infinitivo.
Latín | Español | Italiano |
–ø | –ø | –ø– |
–te | –d | –te |
Para concluir
En conclusión, hay muchos puntos comunes entre la manera de formar los verbos del latín y la de las lenguas románicas, lo que es perfectamente lógico porque su origen es latino. Hemos elegido trabajar sobre cuatro tiempos verbales, pero hay más tiempos que pueden ser estudiados con este enfoque. Es interesante comparar las lenguas que conocemos con su lengua madre. La lingüística histórica de las lenguas románicas es un tema muy amplio e interesante de estudiar.
Referencias bibliográficas
GARCÍA DE DIEGO V., 1961, Gramática histórica española, 2a ed. rev. y aumentada, Barcelona, Gredos.
GILI GAYA S., 1975, Nociones de gramática histórica española, 6a ed., Barcelona, Bibliograf, pp. 80-94.
LIEBER R., 2016, Introducing morphology second edition, Cambridge, Cambridge University Press.
MENÉNDEZ PIDAL R., 1962, Manual de gramática histórica española, 11a ed., Madrid, Espasa-Calpe.
PENNY R., 1991, A history of the Spanish language, Cambridge, Cambridge University Press.
––, 2006, Gramática histórica del español, 2a ed. actualizada, Barcelona, Ariel.
![]() |
Cet article a été rédigé pour la revue ROMA 1/2020 par Antoine Delisée, Lucie Duray, Anaïs Scauflaire, Laure-Anne Massart & Zaïd Achak Ourighli. |