La organización histórica de la migración entre México y Estados Unidos

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Cada año, muchas personas cruzan desde Sudamérica las fronteras del sur de los Estados Unidos. Este movimiento migratorio, lejos de ser un fenómeno nuevo, implica muchos cambios económicos, lingüísticos y políticos. Este fenómeno ha creado un nuevo tema de interés para los políticos, que se posicionan sobre la migración para afirmar sus ideales, como se vio con Donald Trump, que afirmó claramente su postura al respecto al querer construir un muro en la frontera con México para evitar el cruce de migrantes. En este artículo analizaremos las razones de esta migración: ¿Cómo se produce? ¿De dónde viene?

La idea del Destino Manifiesto, que dota a la nación americana de una misión divina para civilizar primero las tierras de Occidente y luego el mundo entero, sirvió como base ideológica para los estadounidenses en la guerra contra México. En la guerra mexicano-estadounidense (1846-1848), Estados Unidos anexionó 1.300.000 km2 de territorio mexicano. La población de inmigrantes blancos en los Estados Unidos se veía a sí misma como una raza superior, lo que justificaba a sus ojos la violencia. Después de dos años de guerra, el Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848) sirvió para terminar las guerras entre los dos países. Este tratado organizó una migración entre los territorios, concediendo derechos civiles a los mexicanos residentes en los territorios anexionados y a los que cruzaran la nueva frontera y quisieran convertirse en ciudadanos estadounidenses. La mayoría de las familias mexicanas que residían allí permanecieron en territorio estadounidense.

Después de la guerra mexicano-estadounidense, hubo varios acontecimientos que provocaron la migración masiva de mexicanos a Estados Unidos por razones económicas y/o políticas: el ferrocarril, la revolución mexicana de 1910, el programa de braceros y el Tratado de Libre Comercio (TLC, o NAFTA). El programa bracero (esta palabra viene de «brazo») permitía a EE.UU. trasladar la mano de obra mexicana necesaria, y el TLC obligaba a los campesinos mexicanos a buscar empleo en EE.UU.

A finales del siglo XIX, la población estadounidense ya era muy diversa, compuesta por muchas etnias. Por esta época, Estados Unidos aplicó políticas contra la cultura de los migrantes y provocó el desarraigo de los pueblos inmigrantes. Por tanto, la población mexicana se vio excluida de la cultura anglosajona blanca y no tuvo acceso a la representación en las instituciones. De hecho, se les impidió obtener cualquier tipo de poder.

En general, los Estados Unidos siempre han tenido interés en los recursos presentes en Sudamérica. Por ello, se han inmiscuido en la política de estos países y han tratado de imponer una política económica que les fuera favorable. La doctrina Monroe y su corolario pronunciado por Roosevelt lo muestra, esta doctrina defiende los intereses de EE.UU. en América Latina y justifica una política de intervención (incluyendo numerosos golpes de Estado, el deseo de convertir el Mar Caribe en un mare nostrum, y de controlar el Canal de Panamá).

En los años 1970, Nixon lanzó su Guerra contra las drogas. Escéptico hacia sus vecinos, Estados Unidos invirtió grandes sumas de dinero para luchar contra las rutas de la droga. Este es uno de los principales motivos del endurecimiento de las fronteras, que han sido especialmente fuertes tras los atentados contra las Torres Gemelas: largas horas de espera, controles intensivos, etc. Especialmente en México, hubo mucha violencia tras la llegada al poder de Felipe Calderón en 2006. Su declaración de guerra contra los cárteles de la droga provocó movimientos de personas que huían de la violencia.

Bajo el mandato de Obama, se reforzó el control migratorio y la criminalización de los migrantes. Mediante el Plan Iniciativa para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica y el Programa Frontera Sur, 2,5 millones de personas fueron escoltadas hasta la frontera. Bajo Trump, el control fronterizo se endureció aún más y la retórica antiinmigración se volvió a apoderar del Gobierno. Para la frontera, Trump contrató a nuevos controladores, liberó varios miles de millones para construir el muro y atacó la legislación para reducir la inmigración legal.

Es posible comparar la situación en la frontera entre Estados Unidos y México con las rutas migratorias hacia el continente europeo. De hecho, las motivaciones de los emigrantes son similares (huyen de guerras, crisis económicas). Los países europeos demandan mano de obra poco cualificada en la agricultura, la construcción y la sanidad. El control de la migración también es un tema importante en la diplomacia europea. España, por ejemplo, mantiene acuerdos con la policía marroquí en esta materia. El sur de España también tiene su cuota de barreras en la frontera con Marruecos: la Valla de Ceuta y la Valla de Melilla.

Para entender la migración actual de una región, es importante comprender su historia política, económica y social. Hemos visto que el país anfitrión, EE.UU., tiene desde hace tiempo políticas de control de los países latinoamericanos (como la doctrina Monroe), de la inmigración procedente de estos países (como el programa bracero), y otras políticas contra los inmigrantes en su territorio. Por último, hay que recordar que no son sólo las poblaciones mexicanas las que inmigran a EEUU, sino también las del resto de América latina.

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revue roma blanc 120 Cet article a été rédigé pour la revue ROMA 2/2021 par Martin Groenendaels, Jernej Marolt, Alexandre Jeanneau, Estelle Massin.
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